jueves, 17 de abril de 2014

Pensando en partir

Muchos años han pasado desde la última vez que escribí.  He cambiado muchísimo, hasta me atrevería a decir que soy otra persona.

Pero hasta el año pasado, aún con todas las cosas que habían cambiado en mi, mi plan de vida era prácticamente el mismo: 1) ahorrar, 2) largarme y estudiar afuera un año, 3) regresar y trabajar, 4) conocer el amor de mi vida, 5) montar mi negocio propio y 6) "empreñarme" y ser feliz por siempre y para siempre con el amor de mi vida.  Pero las circunstancias de nuestra querida Venezuela y la situación de la caótica y malquerida Caracas, me han hecho reflexionar muchísimo.  Sin embargo, el punto de inflexión no estuvo allí sino en el día de marzo en que pisé Madrid y mi plan de vida se alteró por completo.

Hasta el 11 de marzo, sufrí como todo venezolano el shock ante el asesinato de Mónica Spear, la escasez descarada de alimentos, la inflación brutal, el cuasi saqueo de los comercios, la devaluación de la moneda, la escasez de vuelos y el horror ante el asesinato de personas que asistían a las protestas en contra del mamaguevo de Maduro...ah claro, la represión desmedida y las evacuaciones de mi trabajo por temor a disturbios y al miedo que la presencia de la Guardia Nacional generaba en la zona.

Pues nada, con la paranoia y la desilusión me fui de Caracas a Madrid, con la única razón de ver a mi novio que está estudiando allá.

Llegué a Madrid y, normal, no me pareció la gran cosa pero poco a poco comencé a quererla. Me enamoré de sus bares que están por doquier, por la libertad que tienen los jóvenes para divertirse, de sus parques hermosos y seguros donde la gente irradia felicidad.  Me enamoré del transporte que no es tan económico como en Venezuela pero que vale lo que cuesta.  Me enamoré de la primavera, de la moda, de las chicas, de los chicos.  Me enamoré de la noche (que yo odio en Caracas), de los horarios infinitos donde puedes ir al abasto a la 1:00 am, caminando sola sin temor a que te asalten en el mejor de los casos. Me enamoré de la abundancia, de la variedad de opciones, hay para ricos, hay para pobres, para todos hay algo a su alcance.  Me enamoré de la comida económica y de buena calidad.  Me enamoré de sus museos, de su cultura, de sus plazas, de sus luces.  Me enamoré de la idea de poder utilizar vestidos y ser tan femenina como desee sin tener que escuchar comentarios asquerosos, sin ser irrespetada.

Confieso, no creo que Madrid vaya a ser mi hogar pero si me abrió los ojos ante todo lo que puede ser y todo lo que puedo tener, ante un mundo gigante lleno de oportunidades para vivir la vida que deseo. Caracas, te amo pero lo nuestro no puede continuar.


miércoles, 6 de enero de 2010

El Economisto

Si se dice Médica, Jueza (y demás estupideces que se supone deberían reivindicar los derechos de la mujer), ¿también se puede decir Economisto?

lunes, 4 de enero de 2010

Porque todavía te extraño

Estuve todo el maldito diciembre esperando una llamada o un mensaje tuyo, pero nunca llegó.

Estuve llorando todo el maldito diciembre porque sabía que tomando un taxi o, peor aún, en metro podía llegar adonde tú estabas pero simplemente no debía porque lo nuestro simplemente ya no existe (además, no hubiese soportado ver tu cara de lástima).

Estuve extrañando todas las caricias, los besos y orgasmos pero ya no tiene sentido.

Pero lo que más arrechera me dio es que tú no extrañases nada de eso, que ya no te hiciera falta, que te supiera a culo lo que ocurre con mi vida, que te supiera a culo verme tan linda, que te supiera a culo verme graduada, que no te arrepientas ni un segundo de no estar conmigo, que tú estés tan feliz cuando yo sigo como una idiota pensando en ti…Pero, ¿ya de qué me sirve?

Supongo que ver la foto en la cual besas a esa chica me lo dijo todo.

lunes, 16 de noviembre de 2009

El trabajo: ¡un cochino bozal de arepa!

Odiaba mi trabajo anterior, odio el nuevo…Pensaba que era el trabajo que realizaba lo que odiaba pero después de un profundo análisis caí en cuenta que lo que odio en realidad es ver como pierdo horas valiosas de vida sentada frente a un computador haciendo equis cantidad de pendejadas. Podría estar haciendo ejercicio en Los Próceres, disfrutar de una caminata por El Ávila, pasar un día relajado en la playa, compartir el desayuno con mi familia, hablar paja con mis amigos toda la noche y luego dormir tranquila sin pensar que me tengo que levantar temprano para ir al estúpido trabajo. ¡¡Pero no!! No puedo hacerlo porque la mayoría de las veces estoy muy cansada o temo cansarme mucho y que no pueda levantarme el día siguiente :’(

De verdad que esto del trabajo no lo comprendo muy bien. ¿Desde cuándo se volvió una virtud? ¿Desde cuándo soportar tanto tedio se volvió algo admirable? La mayoría de las veces la creatividad y libertad de uno se ve limitada, ya que uno tiene que seguir ciertos códigos y trabajar en base a determinados procesos. No digo que esto sea literal en TODOS los trabajos, pero sí en muchos…Entre los cuales está el mío jajajaja. Tampoco digo que sea algo totalmente cuadrado pero hay ciertas reglas que no puedes romper.

Pues sí, me parece absurdo que nuestro tiempo de ocio valga tan poco…pero desgraciadamente tenemos un bozal (llamado “pan de cada día”) debido al cual se hace muy difícil salir del asunto. ¿Será que la única forma de salir es convirtiéndote en explotador? ¿Será que el ser el explotador en realidad te libera de una vida donde vives para trabajar? ¿Será que la mejor opción es convertirte en dealer o en pimp?

miércoles, 12 de agosto de 2009

Mi mejor amiga

No sé qué tienen los amigos (¡pero los amigos de verdad!) que siempre saben cómo hacerte sentir mejor, que te hacen ver pequeños los problemas, que te dan mil soluciones cuando piensas que no hay ninguna y que, al final del día, siempre te sacan una sonrisa y te hacen pasar un buen rato.


Pues así me pasó hoy con mi mejor amiga. Ya llevamos seis años de amistad…la cual, debo decir, es mi relación más larga después de la que tengo con mis padres (obviamente). Hoy me sentía un poco triste y, gracias al servicio comunitario, tuve que pasar por su trabajo. La esperé y pasamos juntas como cuatro horas, simplemente hablando paja hasta más no poder. Le comenté sobre lo de las mil entrevistas que he tenido, lo de que me tengo que mudar pero no tengo con qué y, bueno, me dio su punto de vista bastante optimista. De repente, se me olvidó como habíamos terminado hablando del programa de Paris Hilton y equis cantidad de tonterías. Me reí mucho…la pasé súper bien y, bueno, me siento más optimista. Supongo que lo que me faltaba era un tiempo con mi mejor amiga…La quiero mucho pero mucho. Ojalá y algún día consiga una guayaba como ella jajajajajaja.

domingo, 9 de agosto de 2009

Mens sana in corpore sano

Realmente me siento muy confundida…la desilusión y el desempleo me están deprimiendo mucho. Estoy muy irritable, estoy estresada y confundida a más no poder.

El lunes, con un montón de cosas en la cabeza, me encontré con una ansiedad horrible. Lo único que quería hacer era correr, huir. Pues el cuerpo me pidió carrera, así que carrera le di. Me puse lo primero que encontré (por cierto, estaba asquerosa mi ropa, ¡¡uggg!!) y salí a correr. Corrí alrededor de 45 min. Mientras corría, pensaba en todo aquello que me molestaba…en tanta mierda que he tenido que soportar, y eso me dio demasiada fuerza. Corrí hasta que el sudor me caía a chorros, toda la piel del cuerpo se me enrojeció y ni mis pulmones, ni mis piernas daban para más. Para ser sincera, yo he odiado el deporte toda mi vida, cualquier tipo de deporte, cualquier cosa que incluya actividad física (menos el baile y el sexo, jejeje) pero el cuerpo lo que me pedía era salir corriendo. Corrí y al final sentía un alivio, no una cura, sino un alivio…algo momentáneo, pero ¡cómo me ayudó!

Ya llevo una semana en esto y, en verdad, lo recomiendo. No lo hago por obligación, por mejorar mi capacidad pulmonar, por vanidad, sino por mí...porque me siento bien. Después de cada carrera quedo tan cansada que ni ganas me dan de recordar lo que me molesta, jajajaja.

Supongo que en este momento sólo cabe citar la célebre frase (y ahora comprensible para mí) de Juvenal, la cual dice: “Mente sana en cuerpo sano”.

lunes, 3 de agosto de 2009

Your own personal Sigmund


El otro día en casa de un amigo, se me ocurrió comer otra vez un trocito de la torta de la risa. La primera y, hasta ese entonces, última vez que la comí el efecto fue demasiado intenso. Esta vez, pensé que iba a ser menor. Cuando, de repente, ¡en pleno Metro de Caracas a las 5 p.m. en Plaza Venezuela, me explota la nota! ¡Pero durísimo! A duras penas llegué a la casa fingiendo normalidad. Como a la hora, media hora, (no tengo idea de cuánto tiempo transcurrió) comenzó el psicoanálisis, mi sentido de percepción se agudizó por completo y todos mis problemas sin resolver, aquellos que me ponen la vida triste, salieron a flote. Comencé a llorar, pero a llorar con una intensidad tan grande que sentí que lo que salía de mis ojos eran ríos de lágrimas. Era una tristeza tan enorme…y supe qué era lo que me tenía o, mejor dicho, me tiene así.

Hasta ahora pensaba que la causa de mi ligera depresión era el que no conseguía un empleo, que las probabilidades de terminar trabajando en comunidades (que es lo que deseo con toda mi alma) a estas alturas parece tan difícil, que justo esa semana nos habían pedido desalojar la habitación y, bueno, tantas cosas por las cuales sentirse mal pero la causa era, es…que lo extraño. Lo extraño de una manera tan grande…hace mucho me prohibí hacer comentarios de él, borré las fotos, lo borré del Facebook, borré su número (¡y no, no lo recuerdo!), boté los regalos que me había hecho, borré las canciones, cuando supongo que en realidad debería borrarlo de mi mente pero ¿cómo?

Debo confesar que no me sentí nada bien al saber que él era la causa de tanta tristeza pero al menos sé cuál es el problema a resolver.

P. D: Dicen que consumir es malo (todo en exceso sí es malo)…pero para mí es una de las pocas cosas que me permite ver cúal es o cuáles son los problemas, me permite ver de afuera hacia adentro. En resumidas cuentas, esa tortica hace de mi Sigmund Freud particular.